Ingredientes:
- 250 ml de agua
- 150 g de harina de trigo
- 50 g de mantequilla
- 4 o 5 huevos (dependerá del tamaño)
- Sal (la medida equivalente a una cucharadita de café)
- Esencia de vainilla (la medida equivalente a una cucharadita de café)
- Opcional, azúcar y canela en polvo (Una vez hechos)
Preparación:
- Cogeremos la harina, tamizamos y reservamos.
- Pondremos agua en un cazo colocando este a fuego lento. Introduciremos la sal, esencia de vainilla y la mantequilla a trocitos. Removeremos hasta que ésta se disuelva por completo, apartando el cazo del fuego antes de que llegue a ebullición. Transcurridos unos segundos, volveremos el cazo al fuego muy lento.
- Incorporaremos de una sola vez, la harina que tenemos tamizada y reservada. Removeremos hasta que la masa se nos despegue de las paredes del cazo. Apagamos el fuego y esperamos unos 5 minutos, hasta que pierda el exceso de calor.
- Cascaremos los huevos de uno en uno en un plato, e iremos incorporando estos también de uno en uno a la masa, hasta conseguir que ésta nos quede en lo que llamamos punto pomada, quedando densa pero al mismo tiempo fluida. Cuando hayamos conseguido dicha textura, ya tenemos apta la masa.
- Ahora calentaremos abundante aceite de girasol en sartén o freidora, a temperatura elevada suficiente para dorar pero no quemar y no superar los 170 ºC.
- Disponiendo de la masa que teníamos reservada, y ayudándonos de dos cucharaditas, iremos haciendo unas bolitas (a más masa, el buñuelo será más grande), las cuales tal como las hagamos iremos incorporando a la sartén o freidora, teniendo precaución de ir revisando las ya incorporadas para que no se nos quemen. Los iremos salteando un par de minutos y cuando cojan el tono deseado, los retiraremos y pondremos en papel absorbente.
- Pondremos en una bandeja aparte, unas cucharadas de azúcar y canela en polvo al gusto. Pasaremos los buñuelos por encima.
Ya tenemos nuestros buñuelos listos para servir.

